La compañía, que pretende
escanear los iPhone en busca de pornografía infantil, recibe críticas
tanto dentro como fuera de la empresa. En el centro del debate, la
vulneración de la intimidad de los usuarios
Según la compañía, el objetivo es el de “proteger a los niños de los depredadores”, pero se ha topado con detractores incluso en sus propias filas. Sus planes incluyen algunas medidas como la de escanear las fotos que los usuarios almacenan en sus iPhones o iPads para contenidos 'pedófilos'. Una tecnología con un fin muy ético que no ha tardado en ser objeto de una gran polémica: si la compañía 'revisa' mis archivos, qué le va a impedir en un futuro no acceder a otros contenidos que tenga almacenados o cómo van a conseguir que no se utilice con otros fines. La polémica está servida para una compañía que ha hecho de la privacidad una de sus grandes banderas en los últimos años.
El conocimiento es poder... y dinero
Una de las cosas que daba poder y control a la iglesia católica sobre la vida de sus fieles y la sociedad en general era la confesión para el perdón de los pecados. Aquellos fieles ingenuos que creían que así podían ser perdonados ponían sus vidas en las manos de los curas y hacían esto desde la manipulación y el miedo de que los pecados les conducirían al infierno eteno.
La información no solo es poder para obligar a hacer cosas, lo es todo: control sobre tu vida, genera riquezas inmensas y otorga el poder para imponer sus intereses sobre los de los ciudadnos y su leyes. Es utilizar el miedo para coaccionar las libertades.
Aclaremos que esto significa escrutar tu vida, significa que todos somos sospechosos sin pruebas, que todos tenemos que poner nuestras vidas en sus manos para que ellos decidan quien es o no es bueno, o lo que es lo mismo demostrar nuestra inocencia. Es en síntesis el verdadero Gran hermano enemigo de la democracia, y sin duda alguna, esto sería el gran sueño húmedo de Stalin.
La madre del cordero
El bigdata que alimenta la IA es más valioso que el oro puro y la privacidad ampara en las leyes es la pared que separa a las empresas del uso descarado de esa riqueza a la que tienen acceso gratis a través de nuestros dispositivos. Apple y las demás compañías lo saben y también saben que aunque hay mucho ingenuo que desconoce o no valora la privacidad en justa su medida como los indígenas americanos cambiaban el oro y las piedras preciosas por cuentas de vidrio y hoy se lamentan de la ignorancia de sus antepasados.
¿Quien puede oponerse a proteger y defender a los niños?
La política antipedofilia de Apple genera dudas porque sabemos de sobra que es la añagaza que utiliza para hacerse con el botín, utilizando las buenas intenciones de todos, el miedo y la protección de los niños. Y no es nada nuevo, los romanos que conspiraron contra el César se conjuraron y para ello comieron un niño pequeño para quedar obligados a no delatarse porque la confesión llevaría la pena de muerte segura.
La política de Apple apesta a manzana podrida, a manipulación de los sentimientos. No es más que el amparo y la justificación de lo que ya lleva haciendo desde hace tiempo. Entrar en las vidas de sus usuarios, hacerse con lo más valioso de ellas y ganar dinero y poder a cuenta de estos y sus vidas. Y para esto no hay mejor pretexto que la seguridad y bienestar de los niños del mundo frente a los malvados pedófilos.
¿Quien puede oponerse a esto? cuando estamos en medio de una sociedad tan hipócrita y agitada con movimientos de retroceso de las libertades y de la independencia moral como el Me Too.
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